lunes, 19 de octubre de 2009

Rosa Banchero / Literatura Universal / Estructura Canto XXII de la Elíada


Valentina Vila
1º F Literatura / Instituto de Profesores Artigas
26 de mayo de 2009


Estructura CANTO XXII de LA ILIADA
Justificación.


El Canto XXII de La Iliada, internamente, puede separarse en dos partes, marcadas por la intervención del soldado aqueo.
Su tono es declamativo y grandilocuente, como es característico, un lenguaje sublime, expresivo y artificioso, donde puede verse en el uso abundante de recursos literarios.
Si bien, el canto presenta variadas intervenciones, los puntos de inflexión del texto se marcan por estos dos.

En la primera parte Aquiles testifica su muerte, justifica el hecho del apoyo divino y tras ser el primero en profanar el cadáver de Héctor, el bando aqueo celebra la victoria.

En la segunda parte Aquiles dedica su triunfo a los Dioses, quienes definieron el combate y recuerda la muerte de Patroclo antes de decidir volver al campamento griego.

La muerte esta presente siempre y aparece personificada en “le cubrió con su manto”, momento de gran lirismo que muestra el descenso del alma de Héctor a los infiernos.

El narrador en tercera persona, identificado con Homero, no es imparcial, y muestra una consideración con el príncipe troyano.
Si bien, en el desarrollo del Canto XXII se suceden hechos de manipulación e intervención de los Dioses, las reacciones de Aquiles lo muestran al extremo como un ser que depende de los anteriores.
Las dotes humanas son naturalmente de Héctor y éste es impulsado a la lucha con un engaño.
Los sucesivos discursos de Príamo, Hécabe y Andrómaca intentan marcar esa distancia entre Héctor y Aquiles, ponderando los caracteres humanos del primero y la condición invencible del segundo.

Utiliza epítetos épicos y adjetivación frecuente que sirve para remarcar las cualidades divinas de los personajes. Son ejemplos, “el divino Aquiles”, o “ligero de pies” que junto a la presencia omnipresente de las divinidades mitifica la historia y realza los valores religiosos de la comunidad.
También permite este recurso, enaltecer el valor expresivo del texto que está vinculado al recitado. La oralidad legitima la concentración de recursos expresivos.

Aquiles interviene en dos ocasiones con discursos enérgicos y elocuentes.
Utiliza exclamaciones y preguntas retóricas para dirigirse con superioridad a sus soldados, mostrándose amenazador incluso con los dioses en su primera intervención.

En la segunda, mucho más emotiva, el héroe hace gala de su bondad para reclamar el llanto por su amigo Patroclo, muerto por Héctor horas antes. Aquiles rinde su furor guerrero a su dolor más humano, y es en ese punto donde estructuralmente se marca la diferencia en dos momentos.

Este canto se destaca por la manifestación de los sentimientos más irracionales del ser humano, la guerra y la venganza, el orgullo y la derrota, la vida y la muerte, en continuo juego de prioridad.

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