lunes, 19 de octubre de 2009

Resistencia / Narrativa poética publicada en "El prado y la magia de los signos"

Juro que no dejé nunca de intentarlo.

Esperé lo que debía esperar, dormí lo que debía dormir y pagué lágrima sobre lágrima lo que el enemigo creyó que yo debía.

Lo importante es que no dejé de creer jamás.

De a poco fui acomodando el cuerpo al encierro. Me acostumbre a respirar agua, a mirar no más allá de la primera pared. Me acostumbré a perder el lápiz y la sangre, a creer que había demasiadas cosas por las que morir.

Me acostumbré y morí.
Y morí sin remedio ni funerales, morí intentando acostumbrarme a no vivir.
Sin embargo allí permanecí intentando que ellos crean que estaba viva aún.

Muerta ya, seguía gritando el aire palabras que nadie entendía.
Caminaba por los espacios permitidos con los ojos vacíos, las cuencas sangrantes, las uñas azules.
Caminaba a tientas, simulando estar viva y nadie me sabía realmente muerta.

Juro que nunca dejé de intentarlo.
Intenté acostumbrarme, perdonar y perdonarme.
Intenté que nadie viera mi cuerpo agujereado, la falta de mis dientes, mi andar desalineado.
Intenté ocultar mi muerte.

Convencí a quien pude de que había que permanecer, que los senos vacíos se llenarían de vida algún día fuera o dentro de este lugar.
Convencí a quien pude de que el tiempo más que eterno es efímero, que los minutos se hacen años y los años pasan sin remedio, pero pasan.
Que estar vivo es renunciar a la muerte, que estar vivo es acostumbrase, acomodarse, hacerse nuevamente a cada espacio, a cada situación.
Que la vida es eso, resistir, esperar a que se abran las puertas, las ventanas, el cielo.

Convencí a quien pude de que no estabas muerta, de que yo también podía resistir.
Lo hice hasta que mis cabellos cayeron al suelo, junto con mi piel y mis sueños de eterna libertad.

Lo importante es que no dejé de creer jamás.

Anduve muerta entre los vivos hasta que mi corazón dejó de existir para siempre.
Los que me creyeron fueron los que abrieron el cielo.
Yo sigo muerta, gritando al aire palabras que nadie entiende.

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